A unos kilómetros del conocido San Juan del Río en el estado de Durango, se encuentra un poblado llamado “Menores” desde donde es visible una formación rocosa que llama la atención por su forma rectangular.
Cuenta la leyenda y también los lugareños que hubo un momento en la historia en que dicha formación era un castillo donde un rey había encerrado a su hija por desobedecer su orden de casamiento.
Hay quienes aseguran que durante el amanecer se perciben sonidos de clarines y trompetas como quienes anuncian la llegada de la realeza, y dicen que si prestan atención pueden ver un punto brillar en lo alto como si de una puerta se tratara.

Foto: Janeth Castañeda
Janeth Castañeda