Por: Jisselle Alvarado
Los expositores del Bazar Cultural, del Monumento a Benito Juárez, exigen que se les deje en paz pues, la Dirección de Comercio en conjunto con el Instituto para la Cultura del Municipio de Juárez (IPACULT), les han presionado para cobrarles impuestos sobre el espacio que utilizan; integrantes del comité del Bazar indican: ‘’es el único bazar con fines culturales de la ciudad, por lo que se debe considerar como tal’’.
Lorena Estrada (integrante del comité) afirma que desde 1998 no habían tenido problemas con pagar impuestos, dado a que siempre fueron tratados como un espacio cultural, sin embargo, con el cambio de dirección (de Miguel Ángel Mendoza a Myrna Judith Barajas Martínez) el IPACULT dejó de respaldarlos y los remitió a la Dirección de Comercio. Dentro de los conflictos se les dio un tiempo de espera, hasta finales de este mes, para tratar de llegar a un acuerdo.
Saúl Espino (integrante del comité) afirma que el Bazar sostiene su razón de ser a través de la cultura inmaterial que establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en ella se deben acatar rubros de tradición y de expresión que hayan tenido impacto en distintas generaciones, por lo que el Bazar está dentro de estas normas.
Asimismo, considera que este cambio de postura es incoherente, ya que el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, previamente había aceptado un proyecto presentado por los expositores para mejorar el espacio. En dos ocasiones tuvieron reuniones con él personalmente:
“Incluso el presidente guardó su número en mi celular”.
La regidora de Cultura, Marta Mendoza, ha dialogado con los integrantes del comité y asegura que ni IPACULT ni la Dirección de Comercio tienen derecho a no considerar el Bazar como cultura; por lo que asegura respaldar sus proyectos y sobre todo el espacio libre para los expositores.
Este proyecto incluye mejoras en el mantenimiento de áreas verdes, la creación de espacios temáticos y la implementación de rampas para personas con discapacidad. A pesar de ello, cuando se solicitó su intervención para frenar el cobro impuesto por Comercio, el presidente municipal dejó de responder a las solicitudes del comité. Espino dice que, por el momento, su solicitud de reunión sigue en pie, mientras ellos esperan una resolución antes que se termine marzo.
También se habló de la creación de un domo, la instalación de bebederos públicos con la frase “si tomas agua de Juárez, te quedas en Juárez”, la restauración y decoración de bancas con imágenes de figuras icónicas de la ciudad, la colocación de letras emblemáticas ‘’BZM’’, y la implementación de áreas temáticas dentro del parque.
Estrada dice que otra de las iniciativas del comité es el apoyo a personas en situación de calle y con problemas de adicción. Cada domingo los expositores realizan una colecta voluntaria para pagar a estas personas por limpiar el espacio que ellos mismos usan, promoviendo así la responsabilidad y la reintegración social. Menciona:
“El Bazar Cultural no solo es un punto de venta para los expositores; también es un espacio que busca mejorar su entorno”.
Expresa que, este espacio es un patrimonio vivo de Ciudad Juárez que debe ser reconocido y protegido. Su historia, organización y contribución a la comunidad lo convierten en un espacio único que va más allá de la simple venta de productos. Reitera que las autoridades deben reconsiderar su postura y brindar el respaldo necesario para que este espacio continúe funcionando sin imposiciones económicas que limiten su labor cultural.
Además, remarca que es el único bazar en Ciudad Juárez donde artistas, artesanos, coleccionistas y personas de todas las edades pueden exponer y compartir su arte de manera gratuita; no obstante, Espino asegura que, todos ellos tendrán la decisión de qué hacer con el espacio en caso de que Comercio les imponga un pago.

Créditos: Alan Arciniega
El comité tiene su compromiso con la cultura y la comunidad a lo largo de los años, estableciendo normativas internas y externas que regulan la participación en el Bazar y garantizan la calidad de los productos y servicios ofrecidos, menciona Espino. Asimismo, han buscado el reconocimiento oficial para evitar que su espacio sea tratado como un mercado común, ya que cada domingo realizan revisiones para asegurarse de que no vendan cosas que no está permitidas, entre ellas están las cosas chinas, cosas nuevas (que no sean artesanías), artefactos bélicos, peluches, entre otros.
El Bazar tiene su origen alrededor del 65, sin embargo, era un punto de reunión de ‘’anticuarios’’ y coleccionistas que buscaban un espacio para intercambiar y vender vinilos, libros y objetos vintage. Con el tiempo, oficialmente en el 98 se transformó en un foro de expresión cultural que ha acogido a poetas, artistas plásticos, músicos y artesanos, convirtiéndose en un punto de referencia para la comunidad juarense.
‘’Mientras tanto, nosotros los expositores y el comité seguiremos luchando por el reconocimiento de su labor y la preservación de un espacio que, más que un bazar, es el corazón cultural de Ciudad Juárez’’, Saúl Espino.


Créditos: Jisselle Alvarado