Donald Trump vuelve a cerrar la frontera y a desplegar tropas para frenar la migración y el tráfico de drogas, pero esta estrategia ignora una realidad clave: la economía de EE.UU. depende de los latinos. No solo ocupan trabajos que muchos estadounidenses rechazan, sino que también son consumidores que fortalecen el comercio.
Además, culpar a México del narcotráfico es simplista. Estados Unidos es uno de los mayores consumidores de drogas, y mientras haya demanda, siempre habrá alguien que las provea. Cerrar la frontera puede dificultar el tráfico, pero no lo eliminará; los cárteles encontrarán nuevas rutas y los migrantes buscarán otras formas, muchas veces más peligrosas, para cruzar.
El problema es más complejo de lo que Trump plantea. Sin atender las causas reales, como la demanda interna de drogas y la falta de oportunidades en Latinoamérica, estas medidas seguirán siendo solo una solución temporal.

Abigail Cancino